Obras de restauración sacan a la luz una necrópolis medieval en Burgos y el cementerio del siglo XV de Valdepeñas

Fotografía de la iglesia de la Asunción de Valdepeñas.

Una cata en el claustro del monasterio de San Juan de la capital burgalesa para documentar el subsuelo en el lugar donde se va a instalar el arco de la Iglesia de Cerezo de Río Tirón, una pieza del siglo XII, ha permitido localizar una pequeña necrópolis medieval.

La alcaldesa accidental de Burgos, Ana Bernabé, ha explicado a los periodistas que se trata de una zona que ahora queda dentro del claustro del monasterio, pero en su día estaba fuera de los muros del edificio original y donde se han identificado restos de al menos seis tumbas. Dos de ellas son de la última época de construcción del monasterio, realizadas en piedra de sillería y con una gran piedra con un hueco cuadrado donde se situaba la cabeza del cadáver. Otra tumba, que pasará a formar parte de una colección de enterramientos en el Museo de Burgos, tiene la forma para la cabeza redondeada y parece que corresponde a una tumba del siglo XIII. Las otras tres son anteriores, seguramente de la época de construcción del monasterio, en el siglo XI, y estaban realizadas en barro y arcilla.

La alcaldesa accidental ha explicado que este hallazgo ayuda a entender la expansión urbanística de Burgos fuera de la muralla que rodeaba a la ciudad original. De hecho, las tumbas se encuentran en lo que debió ser un punto de especial valor, dado que se encontraba junto al monasterio de San Juan y la iglesia de San Lesmes y en pleno paso del Camino de Santiago. Sin embargo, desde el punto de vista científico, el deterioro de los huesos provocado por la elevada acidez del terreno hace que ni siquiera se vayan a estudiar. Los técnicos que han realizado la cata creen que los restos óseos podrían ser posteriores a la construcción de las tumbas y aseguran que otros enterramientos fueron desmontados en algún momento para construir uno de los muros de la ampliación del monasterio. De hecho, los huesos se volverán a depositar en el lugar de donde se han extraído y solo quedará como muestra de la necrópolis la tumba del siglo XIII que se expondrá en el Museo de Burgos.

Sobre el lugar donde se ha realizado la cata se instalará el arco de la iglesia de Cerezo de Río Tirón que se retiró de la portada del templo en el siglo XVIII, cuando se encontraba en ruina. El arco, desmontado piedra a piedra fue localizado cuando se iba a trasladar a Estados Unidos y se instaló en el Paseo de la Isla de la capital burgalesa en 1933.

Ana Bernabé ha explicado que al desmontar el arco han comprobado que se encontraba más deteriorado de lo que parecía porque en su día se usó mortero con mucho cemento para unir las piedras. De hecho, ha sido necesario modificar el proyecto de montaje piedra a piedra sin ningún tipo de argamasa y, en su lugar, utilizarán cemento porcelánico.

El desmontaje comenzó en abril y a finales de este mes estaba previsto que quedara montado en el monasterio de San Juan, en una zona situada bajo la cubierta del claustro. Sin embargo, el Ayuntamiento acaba de firmar una prórroga que da plazo a la empresa adjudicataria hasta el 25 de octubre, dada la complejidad de la actuación y las inclemencias meteorológicas que retrasaron las tareas de desmontaje.
 
Iglesia de la Asunción de Valdepeñas, atractivo turístico
 
Las obras de restauración de la Iglesia de la Asunción de Valdepeñas dejan al descubierto el cementerio de la localidad ciudadrealeña entre los siglos XV y XVIII, según explicó ayer el director de la intervención arqueológica, Julián Vélez.

En rueda de prensa, recordó que hace unos meses localizaron un osario en la capilla penitencial de la que se sacaron alrededor de 1,2 millones de huesos, pertenecientes a unos 6.000 cuerpos. "Se trata del primer cementerio en el núcleo principal de la ciudad que, en torno al año 1400, ya contaba con una población importante y una pequeña iglesia sobre la que se construyó la actual, momento en el que los enterramientos empiezan a circunscribirse al subsuelo y a la zona sur del templo", ha precisado el arqueólogo, que ha datado los mismos entre los años 1400 y 1800, aunque el último enterramiento se produjo en 1819. A finales del XVIII se dejó de enterrar en las iglesias mediante la expedición de la primera Real Cédula de Carlos III, que ordenaba la construcción de cementerios al aire libre y fuera de las ciudades.

Entre los restos óseos hallados, predominan los huesos de individuos adultos de entre 21 y 40 años y también hay muchos niños, lo que demuestra que había una gran mortalidad infantil en aquella época. Además, los estudios realizados han permitido observar que sufrieron diversas patologías, como afecciones axilodentarias, lesiones de traumatismos, lo que evidencia episodios de violencia interpersonal, o cráneos trepanados.

En principio se planteó realizar 25 catas, pero solo ha sido necesario hacer una docena porque algunas se han reunificado, que han sido las que han sacado a la luz el cementerio de Valdepeñas Todas las tumbas localizadas "son familiares y eran de propiedad porque se compraban", ha explicado Vélez, quien ha agregado que cuando éstas se llenaban se hacían mondas y se vaciaban para siguientes generaciones.

Las tumbas localizadas reflejan también las distintas clases sociales de la época, ya que las situadas más cerca del altar eran las más caras, como ocurría con la cripta de San Lorenzo, construida entre los años 1567 y 1600, destinada a los clérigos o la del coro, en la que además de religiosos se enterraban a personas notables de esa época.
A estos elementos se sumó posteriormente la capilla penitencial, con una cúpula barroca, dedicada al enterramiento de nobles pertenecientes a la Orden de Calatrava, como corregidores, alcaldes y alcaldes perpetuos adscritos a la misma.

Los huesos volverán a su lugar de origen, el subsuelo de la iglesia de la Asunción, y se construirá una cripta donde serán enterrados, ha precisado Vélez que ha añadido que, además del estudio de los huesos que consideren los antropólogos, la próxima actuación será levantar y sustituir todo el suelo, que data de los años 70 y cuya colocación afectó de forma importante a las criptas y a los enterramientos.

La Iglesia de la Asunción refleja todos los procesos constructivos que ha sufrido desde que empezó a construirse a mediados del siglo XV, las reformas de los siglos XVII y XVIII, y las "más agresivas" del siglo XX, ha explicado por su parte el técnico arqueólogo, Tomás Torres.

La iglesia parroquial celebró ayer una jornada de puertas abiertas para que los ciudadanos pudieran observar lo que las catas arqueológicas han descubierto en el suelo, una iniciativa que ha concitado el interés de numerosos vecinos que desde las once de la mañana hacían cola para entrar al templo.

 

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